Iroska Aceituno Flamenco, alumna de primer año del Grado en Relaciones Internacionales en la Universidad Europea del Atlántico (UNEATLANTICO), comparte su experiencia viviendo en la residencia universitaria, un entorno que considera fundamental en su proceso de adaptación a la vida académica.
Desde su llegada, ha encontrado en la residencia un espacio acogedor y seguro, lo que le ha permitido enfocarse plenamente en sus estudios. Uno de los aspectos que más valora es la tranquilidad de las salas de estudio, especialmente útiles durante las semanas de exámenes, ya que ofrecen un ambiente propicio para la concentración y el trabajo académico.
La residencia también cuenta con una sala de ocio, donde los estudiantes pueden descansar y disfrutar de diferentes actividades como tenis de mesa, dardos, futbolín y sofás con televisiones. Estos espacios comunes han sido clave en la creación de vínculos entre residentes.
La diversidad cultural ha enriquecido su experiencia personal. Compartir habitación con una compañera asiática le ha permitido convivir con otras formas de vida y generar nuevas perspectivas, características que refuerzan el enfoque internacional del campus.
Además, la residencia ha sido el lugar donde Iroska ha entablado sus primeras amistades dentro de la universidad, lo que ha facilitado su integración y ha contribuido a construir una red de apoyo desde los primeros días.
La experiencia de Iroska refleja cómo la vida en la residencia universitaria complementa la formación académica y promueve un entorno seguro, multicultural y estimulante, alineado con los valores de UNEATLANTICO.