Brenda Martínez: ¿Cómo es estar en la residencia universitaria UNEATLANTICO?

¿Qué se siente al llegar a un país nuevo, universidad nueva y hogar nuevo? ¿Cómo es llegar a este nuevo lugar, una residencia universitaria ocupada por cientos de estudiantes más y hacerla sentir como en casa? Porque es lo que la residencia UNEATLANTICO ofrece: un nuevo hogar. Pues bien, aquí les cuento cuál ha sido mi experiencia desde que llegué.

La residencia se compone de dos bloques de edificios, cada uno con 5 pisos. Al llegar a recepción te reciben inmediatamente con una actitud agradable, y con solamente decirles tu nombre, te reconocen para darte la documentación importante, entregar tu llave y darte un tour por las instalaciones hasta llegar a la habitación.

Las sensaciones que uno puede sentir son muchas. Es emoción de ver tu cuatro, pensar en cómo decorarlo, de como te vas a ir independizando de a poco. Luego entran los nervios de ver a tus nuevos compañeros de piso; gente que jamás has visto y con las que tendrás que vivir y saber convivir a diario. Y muchas veces, también aparece el miedo. Miedo de que ahora estás completamente solo y la única persona que va a preocuparse por ti eres tú mismo. Aún así, todo es un proceso, y la única forma de superarlo es enfrentarlo e ir viendo cada día como una lección y aventura nueva.

Asimismo, la residencia es bastante cómoda. Se pueden elegir desde estudios compartidos hasta apartamentos con variedad de cuartos, tanto individuales como para dos personas. En este sentido, estar ahí es una buena forma de hacer amigos y al final encontrar un nuevo hogar y algo de confort entre tanta incertidumbre. Cuenta con cocinas equipadas y refrigeradores, además de un baño por habitación, sala, televisión y todos los servicios: internet, luz, agua y gas. Asimismo, incluye servicios de pago extra como gimnasio, lavandería y salas de ocio.

Las experiencias ahí te impulsan a ser más autónomo, a valerte por ti mismo y a convertirte en adulto. Ya que los pagos y servicios vienen incluidos, solo tienes que preocuparte inicialmente por la comida, administrar tus gastos, estar listo para lavar tu propia ropa y ser responsable cuando se trata de dormir, descansar y estudiar. Es una buena forma de aprender a hacer las cosas sin depender de otros.

La cantidad de gente que se puede conocer es impresionante. La residencia está llena de personas que vienen de diversas partes del mundo, desde ciudadanos españoles hasta alumnos internacionales de toda Europa, África y Latinoamérica. No hay nada mejor que la vivencia de conocer a personas en un ambiente internacional, hacer nuevos amigos, y aprender de otras costumbres, culturas, idiomas y tradiciones del mundo.

Es una experiencia que muchos deberían atreverse a vivir. Venir a la universidad, especialmente desde tan lejos, te permite aprender mucho y a la vez dejar tu huella en quienes comparten contigo el tiempo. Personalmente, estoy emocionada de tener la oportunidad, de haber llegado hasta aquí y de poder quedarme en la residencia durante lo que ya es «mi vida universitaria».